Playing With my Childhood

Guts & Glory

In Spanish we say “Cursi”… Lets say romantic in English… For me kitchen is all about romanticism, involve a lot of feelings, all our senses. I believe that we have in our DNA flavours, aromas, textures… Mean while we grow up, we feet it… We make rich.

There is a big mango tree in my grandmother backyard in Venezuela, we have mango all the year, but mango season is crazy, you can walk for a carpet of really yellow ones, is a fest. Curiously when I was a child I don’t like too much, but there you can smell the aroma everywhere. What about Coconut? I’m from the Caribbean, we have coconut in our blood… I remember this ice cream at the beach that you buy it in the shell; was long time ago, you cannot find it anymore, is a shame. But we still have “Conservas”, “Coquitos” or just simple coconut water.

In 2011, I was I London working in Smiths of Smithfield, and I remember that day when I tried for first time Thai Basilicum, was love at the first time…People say that White Chocolate is no real, I am disappointed… For me a piece of a good one is glory, and i came from a Cacao land, actually the father of my grandmother used to have cacao trees.  And to finish i just let you know, I am a cookie lover!

Why I’m telling you all this histories… Well can you imagine what happened the first time that I tried the dessert of my new work Guts & Glory…

Coconut Crumble, Coconut and White Chocolate Cream, Mango Gel, Thai Basilicum Ice Cream and Mango Merenge… Too Much? No way… is perfect!

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Aroma a Navidad…

Alelos

Bien sea picando, haciendo bolitas de masa o adornando nuestra primera hallaca, siempre estamos presente en esta ceremonia, eso si; el guiso es intocable y el amarre es un arte que se aprende con el tiempo. El guiso es el núcleo de la hallaca; no lo mas importante porque en la hallaca todo es importante, y en mi casa el guiso de las hallacas es toda una ceremonia, mi hermana mayor siempre picada los aliños chiquiticos como a mi mama le gustaba, luego que comenzaba a cocinarse nadie podía acercarse, ¡ni lo veas, ni lo toques! Pero en cada descuido de mi mama, alguien introducía una cuchara en el y tomaba un sorbo. Vaca, cerdo, gallina, papelón, ají dulce, aceitunas, pasas y alcaparras son alguno de los ingredientes que crean una armonía perfecta en una gran olla. La masa es otro de los rituales, hecha con caldo de pollo y aceite de onoto, tiene un punto perfecto que no todos pueden lograr, ese punto que te deslumbra cuando deshojas la hallaca. Los adornos dependen de la zona, en mi casa era un arito de cebolla, una juliana de pimentón, dos aceitunas, pasas al gusto, una ciruela pasa, un cubito de tocino, un par de alcaparras y gallina mechada. El toque final es el amarre, con el tiempo te haces diestro, aplicas la presión necesaria y son dos tiras verticales y dos horizontales…

En estas fechas ya me habría comido un par de ellas, o varios pares; en realidad aunque suene trivial es mi plato favorito, para mi es una síntesis cultural y tradicional, es un plato que trasciende mas allá de su preparación, mas allá del bocado… Desde la mas profunda nostalgia de estas fechas, cuando cierro los ojos y emulo aquel recuerdo, aromas a hoja de plátano en fogón de leña en el patio de casa de mi abuela, las gaitas que tanto odio, amenizando una mesa forrada con un mantel viejo llena de hojas, una gran bola de masa anaranjada, varios pabilos y una bandeja llena de todos los ingredientes… Si tuviese que escoger un momento del año, seria el día que hacemos las hallacas… En segundo lugar esta el desayuno recalentado del 25 de Diciembre… ¡Comienza la Navidad!